Los niños de su clase tenían unos dientes sanos y blancos, olian a fresas, manzanas y a césped recién cortado y todo el día jugaban juntos al escondite, al pilla-pilla, a subirse a los árboles y a muchas cosas divertidas más.
Un día, a la hora del recreo, Marta, una niña de la clase de Julio, que estaba jugando al pilla-pilla, se le acercó y le dijo:
-Julio, la ligas!
y se fue corriendo para evitar ser atrapada. Julio, intentó salir corriendo para poder pillar a algún compañero, pero como tenia las piernas tan blandas como helados bajo el sol tuvo que sentarse y no pudo jugar.
Otro día, los amigos y amigas de clase de Julio fueron de excursión a la tienda de animales. Había muchos animales! Gatos, perros, conejos, peces...y ratones! Todos los niños jugaban con los animales.
-Mira como acaricio a este gatito- Decía Marcos.
-Mira este perrito, le lanzo un palo y me lo devuelve- Reía Sara.
Todos se lo estaban pasando muy muy bien... Todos menos Julio. Julio no se lo estaba pasando nada bien! Julio tenía que esconderse, porque por culpa del olor a queso de pizza de sus pies los ratones querían comerle los dedos.
Dias más tarde, mientras Julio estaba en el parque con unos amigos aparecieron unos pajaritos que silbaban sin parar. Los amigos de Julio empezaron a silbar también para jugar con ellos. Pero Julio tampoco pudo. Como tenia los dientes rotos por culpa de las caries no podía silbar.
-Que triste estoy- lloraba Julio - No puedo jugar nunca con mis amigos.
Elena, una niña de la clase de Julio le dijo:
-Si quieres poder jugar como nosotros también tienes que comer como nosotros.
-Ves estos dientes tan blancos y fuertes que tenemos todos? Es porque bebemos mucha leche todos los dias.
-Notas lo bien que olemos a frutas dulces y a césped recién cortado? Es porque cada día comemos frutas, verduras, cereales y hacemos mucho ejercicio.
-Te has dado cuenta de lo fuertes y rápidas que son nuestras piernas? Es porque varias veces a la semana comemos carne, pescado y huevos y cada día comemos lentejas o garbanzos que nos dan mucha fuerza.
Julio, se quedo un rato pensando sobre lo que le dijo su amiga y cuando llegó a casa le dijo a su madre, que a partir de ese día se volvería un chico sano y comería para hacerse fuerte y poder jugar como sus amigos.
